domingo, 11 de septiembre de 2011

UN TE PARA REFUGIARSE

(EL FINAL SE ESTA ACERCANDO, Y SI A MI ME DA MIEDO ESCRIBIRLO, NO QUIERO IMAGINARME A MINERVA, ESPERO QUE LES GUSTE....      ARTEMIZA)

un día y sin avisar, volvió Javier.

Minerva es de esas mujeres que no olvidan pronto, pero siempre lo están intentando.

-Necesito verte.- fueron las palabras que escucho minerva al contestar.
-quién habla?- decia mientras se le helaba el cuerpo
-te has olvidado de mi?-
-No, simplemente me gusta que me recuerden mis errores por su nombre-
-ya te dije quiero verte-
-eso no fue lo que dijiste, mencionaste la palabra necesito, y hasta donde yo recuerdo querer y necesitar no son la misma cosa, una suena mas a capricho y la otra viniendo de ti, me suena a mentira-
-qué te hice Minerva?, me odias?-
-qué me hiciste? es lo mismo que yo me pregunto pero seguramente algo bueno para que te siga contestando el teléfono-
-solo dime en donde estás y lo discutimos en persona-
-si de verdad quieres creer que necesitas verme, ya sabes seguramente en donde estoy-
fue lo ultimo que dijo Minerva, en cuanto colgó con Javier se sorprendió temblando, fue cuestión de minutos los que Javier tardó en llegar a la banca de su jardín.... en donde habían cruzado las primeras palabras hace 2 años.

el silencio fue lo único que compartían ya, eran como dos extraños que solo se miraban tratando de descubrir si algo aún los mantenía unidos.

-No vas a hablar?-
-dije que quería verte, de no ser por que te encuentro en esta banca, juro que no te reconozco Minerva... a donde se fue mi Minerva?-
-se fue a donde se van las cosas abandonadas-
-pues dime en donde queda ese lugar por que quiero recuperarla-
-no se... desconozco ese lugar, dicen que una vez que vas, difícilmente vuelves.-
-pues voy a correr el riesgo.-
-pues te deseo mucha suerte, por que también he oído que el camino no es fácil y menos cuando lo perdido está dolido-

Minerva se levanto se dió la vuelta y no miro hacia atrás. Tratando de creer ella misma las palabras que de su boca habían escapado.

-ya no llores Mine, los hombres como el solo traen desgracias, mira que querer hacer como si nada pasó solamente un desgraciado.-
Susana era la hermana menor de Minerva, la que no se metía en su vida mas que cuando de amores se trataba. compartían todo menos el carácter, para Susana las historias de Minerva eran como una novela de las que le gustaba leer.
-si no estoy llorando por el, estoy llorando por mi cabeza, mira que esperar tanto tiempo este momento y desperdiciarlo así, es por que seguro hoy la he perdido.-
-pues yo que tú le haría una fiesta a tu inteligencia-
-hablas sin saber, pero ya te enamorarás-
-Así me dijiste hace 6 años con Diego, comienzo a creer que tu eres de las que olvida su historia y por eso la repites.-
-Diego es diferente, Diego nunca se fue, tu mejor que nadie sabes que si Diego y yo no estamos juntos no fue por error de nadie, la única culpa la tiene el tiempo por habernos juntado antes de cometer estupideces con alguien más que no fuera el amor de tu vida.-
-Ya no te enamores de los malos.-
-Una no decide de quien enamorarse, se enamora y ya.-

los días pasaron, tan diferentes como en ninguna otra ocasión, Minerva se sentía plena, diferente, el solo hecho de saber que Javier en algún lugar estaba peleando por recuperarla, la hacía sentir invencible. y es que cuando una mujer se siente perseguida por el hombre que quiere, se vuelve mas poderosa.

-Sabía que aquí te iba a encontrar de nuevo.-
-Sabía que vendrías a buscarme.-
-Entonces te has puesto en el lugar de las cosas olvidadas?-
-no. me puse en el camino a tu búsqueda, si de igual forma me ibas a encontrar, solo me encargo de acelerar el final.-

ese día se amaron como ningún otro, no hubo falsas promesas, reproches ni pasado. Aprovecharon el momento como si superan que no habría otro igual.

-Yo sabía que no eras firme en tus decisiones, pero no te hacía tan débil - decia Susana mientras servía la comida.
-Yo tampoco-

Pasaron los Meses y de Javier solo se sabía lo que decían los rumores, que se le había visto en los mejores restaurantes rodeado de esas personas que jamas le habían agradado a Minerva.

-Toda historia tiene un final, me da miedo saber cual es el nuestro Javier, de lo único que estoy segura es que por mucho miedo que le tenga, se que esta cerca. lo se por que así como soy buena para saber cuando te acercas, soy la mejor para saber cuando mis hombres se van.-